Hola. No fue en Mobylette, pero espero que te guste.
Aquel viaje del año 1.983: Murcia-Pirineos en Vespa
Buceando en mi mala memoria y con la ayuda de un buen puñado de diapositivas, me dispongo a contar este relato de viajes que si algo tiene de particular, es que está escrito 27 años después de llevarlo a cabo. Quizás te preguntes: ¿Pero por que lo cuentas ahora y no antes? ¿Qué te ha animado a escribirlo? La razón es muy clara: ¡He recuperado la moto que me llevo allí! Una Vespa 200 DN, que tras darla de baja definitiva hace ocho años, me desprendí de ella y la daba por desaparecida. Ahora, por fortuna, ya está circulando, aunque necesita unos cuantos arreglillos. Lo cuento para fijar estos gratos recuerdos, y lo hago de la misma manera que se lo contaría a mis hijos, que seguramente serán quienes algún día mas lo apreciarán.
Julio de 1.983: Pongámonos en situaciónParece una fecha cercana en el tiempo, pero las cosas han cambiado, y mucho.
Antes de continuar, sobre todo si eres joven, te propongo que dediques un ratillo a pensar como planificarías y realizarías un viaje de unos 2.000 Kms. en Vespa, de 11 días de duración, a un sitio lejano que desconoces.
A continuación, imagínate que a golpe de varita mágica de una bruja muy borde despareciesen los ordenadores (Internet, foros, e-mail, rutómetro, etc, etc, etc,), las autovías, los teléfonos móviles, los cajeros automáticos, las tarjetas de crédito, los Gps, los seguros de asistencia en viaje, la libre circulación por la U.E., la fotografía digital, etc. Sería muy distinto, ¿Verdad? Pues así hicimos este viaje. La mayoría de estas cosas no existían, y otras, no eran de uso común, por eso no las echabas en falta, no las necesitabas y te apañabas como podías. Yo tengo mi opinión, pero ¿Tu crees que los viajes de antaño eran mas emocionantes y aventureros que los de ahora?
En Mula (Murcia) se coció todo, hasta las empanadillasEste es mi pueblo, nuestro pueblo, uno de los mas bonitos de España, y no creas que me he pasado mucho, que es verdad.
Esta foto es de su conocida y céntrica “Cuesta del Caño”, obviamente no pertenece al viaje, que fue en Julio, ya que la hice en Febrero de ese mismo año, el 1.983, tras una fuerte nevada, fenómeno totalmente atípico por estas tierras donde el Lorenzo pega de lo lindo. La he escogido porque no nos hicimos fotos de la salida, se ven los coches que circulaban entonces, y porque para mí, es la calle mas bonita de Mula: es mi calle.
El día anterior a la partida, nos reunimos en casa de mi cuñado los cuatro integrantes de nuestra aventura. El objetivo era planificar el viaje, dentro de lo que cabe, ya que la información de que disponíamos era muy escasa, y proveernos de víveres suficientes para varios días, sin echar mucho de menos nuestra tierra ¿Quién sabia lo que comeríamos por allí arriba?. Es decir, necesitábamos un alimento no perecedero, apetitoso, barato, que ocupase poco, para tomar en cualquier momento y que combinase bien con la cerveza. Por consenso se había decidido que serían “empanadillas”, que por aquí se hacen muy ricas. Ese día hicimos una enorme yanda de empanadillas de tomate y atún. Mientras “se cocían” las empanadillas en un horno del pueblo, planté el mapa de carreteras encima de la mesa de camilla y les comenté la hoja de ruta. Echaremos por aquí y nuestro primer destino sería Andorra La Vella. Después por el Puerto de la Bonaigua iríamos al Valle de Aran, Túnel de Viella, Parque Nacional de Aigues Tortes, y algo del Pirineo Aragonés. Supongo que dirían, si tu lo dices, bien dicho está.
Aprovecho la primera parada técnica para presentar a las motos y a mis compañeros de viaje A los pocos kilómetros de emprender el viaje, desde Mula, en el cruce de Archena (Murcia) con la general de Madrid -hoy Autovía- hicimos un alto en el camino para sujetar mejor el equipaje de la Ducati. Fíjate en este detalle, cuando había pasado tan solo un año de la obligación de llevar casco en carretera, nosotros ya íbamos con la luz encendida. ¡Que anticipación! La DGT debería gratificarnos por esto con algún puntillo en el Carnet ¿No?
Iniciamos el viaje el jueves día 7 de Julio de 1.983. En primer plano, la Ducati Desmo de 500 de mi cuñado, acompañado por mi hermana, digna del mayor mérito ya que se atrevió con este largo viaje a pesar de llevar aparato ortopédico y bastones. Detrás, mi Vespa P 200 E –DN-, que compré nueva en el año 1.981, conducida por el fotógrafo del grupo –yo- , y de paquete, un amigo. Como ves, se puede decir que hicimos un viaje casi en familia.
Me presento desde Benicasim (Castellón)Hay que comer algo, probar las empanadillas y descansar un rato. La ventaja de circular por las antiguas Nacionales es que atravesabas los cascos urbanos, los conocías, y si te interesaba, parabas donde te apetecía. Tampoco te preocupaba tanto lo de echar gasolina. Un pueblo, por lo general, una gasolinera. En esta ocasión, la playa fue un atractivo decisivo. Comimos en un solar con vistas al mar, descansamos un rato y nos dimos un baño.
Por cierto, este era yo, con 20 añicos. Lo que se suele decir en estos casos ¡Quien los pillara! Fíjate en la caja que va en el portaequipajes delantero, bajo el faro: ¡es la caja de las empanadillas! Cuando en las siguientes fotos dejes de verla, es que se han acabado, aunque te aseguro que duraron varios días, hicimos un montonazo.
Cargadas hasta los topesObserva el soporte que lleva la Vespa sobre el manillar. No verás otro igual. Lo diseñé expresamente para este viaje, de hierro, con el fin de aumentar su capacidad de carga, ya que me faltaba sitio. La verdad es que funcionó perfectamente, incluso creo que mejoraba la distribución del peso. Mira el mochilón que llevaba detrás.
Y no te lo pierdas, ¡aún faltaba la tienda de campaña! Lo cierto es que la Vespa, así, llamaba bastante la atención.
Detalle del soporte:
Primera noche en ruta y al despertarnos un contratiempo: Mi colega no veNuestro primer destino era Andorra. Lo de decidir pasar por Andorra tiene su explicación. ¿A que iba la gente allí entonces? A comprar barato, y nosotros que andábamos bastante justitos de dinero, tuvimos la genial idea de comprar allí la tienda de campaña, una inversión considerable para nuestros bolsillos. ¿Por qué cuento esto? Porque tras la primera noche, al despertar, surgió un problema: Como dormimos en medio del campo - creo que cerca de Reus -, al raso, algo le debió picar al colega -lo de la alergia a los pólenes no se llevaba mucho todavía- que amaneció con la cara totalmente inflamada, parecía un monstruo, y lo peor, los ojos no se le veían y él no veía absolutamente nada. ¡Menuda papeleta! Él, muy fastidiado, solo repetía “me cago en la mar”, “me cago en la mar”. Mientras, nosotros, nos descojonabamos de risa de pensar en su situación, aprovechándonos de que no podía vernos. Arrancamos las motos y seguimos. Es difícil de imaginar lo que se debe sentir al ir al Pirineo montado en una Vespa, de acompañante, tan lejos, sin ver ni pizca, y sin saber cuando volvería a ver. Por suerte, sobre todo para él, al cabo de unas decenas de kilómetros, sus ojos empezaron a dejarse ver, y por fin, el colega pudo ver el Pirineo en todo su esplendor. Desde luego, una experiencia única. Ahora que lo pienso, aquello era de Urbason de caballo, pero lo solucionamos con el clásico colirio comprado en una farmacia de no se que pueblo, y tiempo …. ¡Que pena que no le hiciese fotos!
Compra de tienda de campaña en Andorra La BellaTal y como estaba previsto, al día siguiente de la partida llegamos a Andorra.
Efectivamente, está noche ya dormimos en tienda, y barata. La verdad es que los recursos económicos eran escasos, los normales de cualquier estudiante – yo no me podía quejar que iba en Vespa-. Recuerdo que el dinero para el viaje lo ganamos mi colega y yo cogiendo albaricoques, en nuestro querido pueblo, Mula. Hicimos noche cerca de la Seu de Urgell, justo detrás de un almacén agrícola que había cerca de la carretera. Al despertar, se nos acerca un ganadero que andaba por allí y nos dice: “como se os ocurre dormir aquí” ¿Qué pasa? Dice, a esto se le llama el Cabezo de las Culebras, todo este bancal está plagado de culebras. En realidad, las culebras fueron mas inofensivas que los bichos de la noche anterior.
Ray Charles en AndorraQue lástima, que buena música. Hubiese sido cojonudo estar en el concierto, pero para el 16 de Julio del 83, estaríamos lejos de allí.
Nos llamaba mucho la atención tanto animal suelto Cuanta curva y que paisajesComo comprenderás, no puedo precisar donde hice las siguientes fotos, aunque esta creo que podría ser del Puerto de la Bonaigua (2.072 m.a.).
El equipamiento era mínimo: Un buen casco y una faja. La ropa de manga larga, normalica, estuvo casi siempre en la mochila, pero donde la tuvimos que usar fue en el Túnel de Viella. Entramos al túnel en pantalón y manga corta y salimos por la otra punta con todo la ropa que llevábamos. ¡Que frio! El cambio de temperatura era brutal. Al poco de entrar decidimos volver para abrigarnos. Recuerdo el túnel con muchas goteras – te mojabas -, muy bacheado, en pendiente, oscurísimo, estrecho y muy, muy, largo. Daba respeto. Supongo que ahora estará reformado porque era realmente peligroso.
En Francia, sin VespaNo era un objetivo del viaje, pero Francia estaba tan cerca, que mi colega y yo no pudimos resistirnos.
La putada fue que en el puesto fronterizo me pidieron no se que papel, que no tenía, quizás se trataba de eso que se llamaba “carta verde”. Se podía conseguir allí mismo, pero había que pagar por ella. Como la economía no andaba para ir gastando dinero tontamente, y menos en papeles, se me ocurrió esta solución: Aparco la moto cerca de la caseta del puesto fronterizo y le digo al gendarme “Por favor, échele Ud. un ojo a la moto que volvemos enseguida”. Y así fue, fuimos a Francia andando.
Nota: Si nos hubiesen dejado pasar con la Vespa, no se donde hubiésemos llegado…...
No todo fue asfalto: ¡Madre mía que caminos!Si habíamos llegado tan lejos, teníamos que conocer en la medida de lo posible Los Pirineos, su naturaleza, su montaña, llegar cuanto mas alto mejor. ¿Pero para donde echábamos? No teníamos información alguna. Solución: Paramos en un pueblo y compramos un mapa de senderismo de la zona – esto si que ya existía - . Nos apetecía ver lagos de alta montaña y en el mapa se veía una zona donde había bastantes. Elegimos un camino, y para arriba. Pero……., joer, sorpresa, con esto no contábamos, yo nunca había visto un camino de montaña así. ¡Mas que un camino, era un pedregal! Escuché clan, clan, clan. En un par de ocasiones tuve que volver a recoger la tapa del motor de mi Vespa –lo que ahora llaman cófano- . Aquello me dolió tanto, que lo primero que hice al llegar a Mula fue comprar unas defensas. Debí pensar, si las hubiese llevado, al menos no se habrían caído. Fueron varios kilómetros de camino “malo rematao”. La Vespa medio se defendía, pero la Ducati, por Dios, que bandazos pegaba. Fue toda una proeza.
Al final del camino, entre enormes cacas de vacas y mosquitos como helicópteros, plantamos las tiendas, el campo base. El aseo lo teníamos cerca, justo al lado pasaba un riachuelo ¡Será por agua! Por si no te has percatado, veras que de hoteles y pensiones, nada de nada. Montábamos las tiendas donde se nos antojaba y hacíamos la comida en un camping-gas. Me pregunto ¿sería esto posible hoy en día? Creo que va a ser que no.
Un día de montaña inolvidable: Allí arriba descubrí “El Paraiso”Al día siguiente, solos mi colega y yo, ya que mi hermana no podía andar por allí – que pena- , salimos de excursión por aquellas sendas de cabras. Estuvimos un día entero pateando la zona y salvo una pareja de extranjeros con la que nos cruzamos, por allí no había ni Dios. Por cierto, durante todo el viaje fueron poquísimos los turistas que vimos, y menos aún en moto. Todo un placer.
Sin palabras.
Que gozada: ¡Agua a mansalva!Como murciano que soy, me llamaba muchísimo la atención la enorme cantidad de agua que se veía por todas partes. ¡Una auténtica maravilla!.
SolosSoledad y libertad en medio de aquellos paisajes, en plena naturaleza. Una sensación indescriptible y desconocida para mí. ¡Que paz! ¡Que silencio!
Decidimos atajar, pero se puso por en medio un río de verdad Combinamos una ruta con otra distinta, para volver por un camino diferente, pero nos encontramos con esto:
Seguramente dijimos, esto si que es un río, no los que tenemos por Murcia, que ni son rios, ni son “na”. Mucho caudal y el agua casi helada. Ojito con la cámara de fotos, que peligra.
¡Qué plantas mas raras! Nos chocó encontrarnos una mancha enorme y uniforme de plantas extrañas, altas, muy altas, como si hubiesen sido puestas por el hombre. Míralas.
Atravesamos esta zona por en medio, en plan selvático. En todo el día, volvimos a ver mas. Que raro, estaban solo allí, concentradas. Si te fijas con atención, quizás encuentres al colega, mas o menos un poco por debajo del centro de la foto.
Ahora se ve mejor ¿No? Como habrás podido apreciar, el día dio para mucho: Ríos, lagos, nieve, paisajes, etc.
Por adelantarnos nos tocó esperarLlaneando no, pero por las carreteras de los Pirineos, la Vespa andaba que daba gusto. Era todo un placer conducir por esas carreteras, en segunda casi siempre, o en tercera, y frenando a tope ante cada curva. Al principio, íbamos juntos, pero a mi me gustaba darle caña y llevar mi ritmo, y a mi cuñado, el suyo, ……y me adelanté.
Paramos en un bar a esperarlos, pero no llegaban. ¡Que raro! Con lo fácil que hubiera sido hoy día una llamadita de móvil. Ya mosqueados y cansados de esperar, dimos la vuelta, y después de desandar bastantes kilómetros, me encontré a mi cuñado trasteando la moto debido a un problema con la Ducati que ahora te cuento.
Miro la foto y todavía no me lo creo. Sobre la mesa se ve que me había tomado una coca-cola, y en otra foto que tengo dentro del bar pero que no pongo, aparece otra. ¡Cuanta responsabilidad!. Cuando todavía no existía eso del soplar y yo con cocacolas, con lo que me gusta la cerveza. Creo que esto se merecería otro puntito de la DGT ¿Verdad?.
La Ducati nos separóA mi cuñado no le convencía mucho su moto. El que había tenido una Montesa Enduro de dos y medio, una gran moto, que mimaba mas que a un hijo y ahora montado en un hierro tan grande y con tantas pirulas, como que no le iba mucho. Y así fue, le gasto una putada, bueno, nos la gasto a todos. La Ducati comenzó a dar problemas de electricidad – una de las dos bobinas que llevaba, me recordaba el otro día – . En un momento avanzado del viaje, el mosqueo con la Ducati fue en aumento, y decidieron volverse a Andorra a comprar una bobina nueva. Vamos, ahí al lado que estaba, y por el mismo camino y con cientos de curvas. Como ya habíamos hecho la mayor parte del viaje juntos, decidimos seguir cada uno por su lado y vernos en Mula. Ellos de vuelta a Andorra y nosotros continuamos el viaje en la Vespa, que por cierto, se portó fenomenal, no dio ni un solo problema, y mira que la castigué.
Sorpresa: Una noche bajo techo en casa de un guía de lujo Estábamos mi colega y yo tomándonos un golpe en la barra de un barecillo de Pont de Suert, un pequeño pueblo del Pirineo Catalán, cuando al cabo de un rato, se acerca un joven y nos pregunta con mucho interés ¿vosotros sois de Murcia? Le respondimos si, somos de Mula. Yo también soy murciano, soy de Cehegín, dice él. ¡Vaya sorpresa! Nos alegramos mucho de ver a alguien de la tierra y de mi edad, mas o menos, pero él, nervioso y entusiasmado, parecía que se le había aparecido la Virgen de las Maravillas, por lo menos. Era su primer destino como guardia forestal. El póbretico, llevaba casi un año sin ir a Murcia y creo que sin ver a la familia. Además, contaba que pensó morir del frío que había pasado en el invierno. Se le notaba fastidiado. Creo que le dimos una inyección de calor y de aire mediterráneo, que el tanto echaba de menos. Pronto nos invitó a dormir en su casa y a visitar el Parque Nacional de Aigües Tortes. Ante semejante invitación, quien iba a decir que no: ¡una cama!, ¡de un murciano! y ¡de un profesional de la montaña!
Al día siguiente, él en una Bultaco todoterreno y vestido de uniforme, y nosotros, detrás en la Vespa, otra vez por esos caminos de cabras, recorrimos el Parque. Aprendimos mucho de caza, pesca y naturaleza. Incluso almorzamos con sus compañeros forestales. Pero sobre todo, aprendí la lección de lo duro que debe ser trabajar lejos de tu tierra y más solo que la una. Que pena que no nos hiciésemos fotos. Supongo que se me gastaron los carretes de diapositivas porque la foto anterior es la última que hice. Creo que es del Valle de Bohí.
De los Pirineos a Mula de un tirón y con sorpresa por el caminoSe lo tuve que preguntar a mi hermana para cerciorarme. Oye nena, me parece recordar que vinimos desde los Pirineos de un tirón a Mula, ¿fue así? Ella, que tiene mejor cabeza que yo, me lo confirmó: Vosotros si. Efectivamente, salimos del Pirineo en la Vespa, quizás desde Pont de Suert, y ya lejos de los Pirineos, en un cruce de carreteras, zas, sorpresa, nos encontramos, de pura casualidad, de nuevo con mi cuñado y mi hermana, de los que nos habíamos separado algunos días antes. Tras contarnos nuestras experiencias, de nuevo continuamos el camino juntos. Me parece recordar que yo venia rumiando la idea de llegar a Mula ese mismo día, pero no se lo hice saber a ninguno, porque no estaba seguro si podía ser o no. Pero, ya por la tarde, hago mis cálculos y en un momento dado le digo a mi paquete: Oye, al anochecer podemos estar en Mula, ¿Qué hacemos, seguimos? Él, que tampoco atrancaba mucho que digamos, dijo sin más: Vamos. Se lo planteo a mi cuñado, pero ellos deciden que pararían a dormir en el camino. Y así fue, seguimos con el puño retorcido, y ya de noche, llegamos a Mula, el domingo 17 de Julio de 1.983, supongo que hechos polvo, pero satisfechos y contentos, justo a tiempo de llegar a ver a las novias. En realidad, creo que ellas empujaban mas que el motor de la Vespa. Bueno……, también hay que tener en cuenta que era cuesta abajo –ja,ja-. Ahora que lo pienso: Unos 750 kilómetros de golpe, en un solo día, por aquellas carreteras de antes, ¡Ahora me parece un disparate!
Para no desentonar con la primera foto, pongo otra de Mula que también hice en Febrero del 83.
¿Verdad que no exageraba cuando decía que era uno de los pueblos mas bonitos de España?
Como ves, de nuevo mi Vespa me ha llevado de viaje, está vez, un viaje por el recuerdo. Ya jamás me desprenderé de ella y este documento formará parte de su historia. Fue mi primera moto y la última de mi padre. Ahí es na….
Espero que te hayas divertido. Yo, me he reído un montón.
Murcia, Septiembre de 2.010
Saludos,
Mobite